¿Está mal vender juveniles?

En los últimos tiempos desde Identidad Sanlorencista, pusimos nuestras energías en investigar y aprender sobre mercados de pases, estrategias de contratación e inclusive, aplicar premisas del Modelo de Gobierno Abierto a los movimientos de nómina. 

Así surgió el Informe "Pasan los años, ¿pasan los jugadores" donde Adrián MAgnoni investigó los movimientos desde 2011 a 2019, cuya repercusión en la comunidad sanlorencista nos sorprendió a nosotros mismos. Debajo pueden acceder al link en caso que no hayan podido leerlo aún:

https://identidadsanlorencista.blogspot.com/2021/01/pasan-los-anos-pasan-los-jugadores.html

En la misma línea, surgió "Identidasla: Datos Abiertos de San Lorenzo de Almagro" una nueva propuesta de gobierno generada por Juan Pablo Fantino para compartir los movimientos de nómina. También debajo pueden acceder al link en caso que no hayan podido leerlo aún:

https://identidadsanlorencista.blogspot.com/2021/02/identidasla-mercado-de-pases-2021.html

Con estos dos párrafos intento dar sustento a que nuestra precupación por las transferencias de jugadores y su relación con las estrategias deportivas no es sólo coyuntural: San Lorenzo necesita, más allá de la venta de juveniles de estas semanas, una reconsideración de las transacciones comerciales que mueven sensiblemente el amperímetro de su economía y en consecuencia, de la viabilidad futura de sus estrategias organizacionales. 

Dicho esto, empezamos a reflexionar juntos sobre el título del posteo: ¿Está mal vender juveniles? La respuesta es NO. Y aquí van los argumentos.

Más del 60% del esfuerzo salarial del Club está asignado al plantel de fútbol profesional, triplicando inclusive a algunos grupos salariales que figuran en nuestros balances. La venta de jugadores, que ya dejó de ser un ingreso extraordinario (en todos los balances figuran ventas), es sin dudas el principal ingreso de la Institución si dejamos de lado cuotas sociales y aceptamos que derechos de televisación y participación en torneos internacionales están sujetos a negociaciones y clasificaciones respectivamente. En suma a esto, la venta de jugadores es el principal ingreso que puede generarse en monedas extranjeras. Esto implica que el Club no solamente se beneficia por la venta de un activo intangible a un precio superior al de su inversión inicial, sino que también gana por las diferencias de tipos de cambio. En resumen, hay que vender jugadores sin importar si son juveniles o profesionales procedentes de otros clubes. La rotación del plantel profesional es una obligación desde lo económico y desde lo deportivo. 

Por otro lado, la mencionada rotación es necesaria para generar un flujo permanente de jugadores con inversiones y retornos de inversiones. Esta rotación es la que da actividad a los juveniles listos para el alto rendimiento y la que al mismo tiempo, genera espacios para la participación de nuevos juveniles toda vez que vendimos a otros jugadores. 

En resumen, NO está mal vender juveniles. El problema es MALVENDER juveniles. ¿Cómo podríamos darnos cuenta que malvendemos juveniles entonces? Aquí van los argumentos.

En las conclusiones del Informe "Pasan los jugadores" sugerimos la necesidad de esgrimir una ecuación estimada que determine la cantidad de profesionales y sus modalidades de contratación. Sólo a modo de ejemplo, queremos 40 jugadores en nuestro patrimonio y que dicho número se conforme con 10 primeros contratos, 10 libres, 5 compras, 5 cesiones, 10 continuidades y 2 ventas. Esto sería parte de una estrategia deportiva donde el 10% del plantel serían juveniles, en suma a una segura proporción de juveniles en el 10% de las continuidades. Rotación asegurada de juveniles contemplando inclusión inicial, permanencia y posterior venta. En caso que no se cumpla la estrategia ecuacional estimada, podríamos decir que se malvenden juveniles. 

Otro argumento es el destino de los fondos ingresados. Ya sabemos la complejidad detrás de una venta en lo que refiere a ingresos diferidos de dinero. Sin embargo, en los últimos tiempos vendimos alrededor de cinco juveniles en millones de dólares y euros. Tamaña cuantía, debiera saberse a qué se destina: ¿deudas? ¿compras de jugadores? ¿mantenimiento de una estructura cara aunque de alta calidad? ¿inversiones en Avenida La Plata? Saber el destino también nos haría reflexionar si se malvendieron o no esos juveniles. Si el caso fuera levantar tribunas en Boedo, dudo alguien esobazaría una mala venta. 

En línea con nuestra propuesta de Identidasla, la transparencia en las transferencias ya resulta impostergable. Saber porcentajes de propiedad, derechos económicos, pagos a intermediarios, diferimento de los flujos de dinero a recibir, etc. Tiempo atrás Adrián Magnoni generó este informe al respecto:


Por último, desestimar el argumento de la "venta futura" de juveniles. Pensar de esa manera, sería reconocer que el juvenil es un recurso extraordinario y no permanente como pretendemos transmitir en la idea de rotación del plantel profesional. Siempre debe haber juveniles en el primer equipo y otros esperando su salto. Además, el valor de venta de un jugador pareciera determinarlo el mercado. Apostar a un valor futuro ante la certeza de una oferta presente, resulta por menos cuestionable para el patrimonio del Club. 

Creo no está mal vender juveniles toda vez que la estrategia deportiva los posicione como parte central de la conformación de los planteles profesionales. No sería el caso actual de San Lorenzo, ya que no sabemos el destino de los ingresos generados por sus ventas ni los pormenores de las operaciones evidenciando falta de transparencia procedimental. 

Detrás de estas reflexiones, comparto una de mayor intensidad para quien escribe: la inviabilidad de San Lorenzo. Recuerdo una vez un periodista se sorprendió ante este planteo de mi parte. Puede que todo esto suceda por malas decisiones y que al final del día la magia del fútbol nos lleve a ganar el torneo en curso. Al no tener acceso a las finanzas del Club, y tomando distancia de algunas personas que livianamente comparten cifras sin entender cómo acceden a ellas, asevero que estos movimientos buscan regularizar situaciones económicas producto de desequilibrios anteriores. 

El desafío no está en evitar una mala venta de juveniles, si no en revisar todas las ecuaciones económicas y deportivas que hagan a San Lorenzo viable otra vez. Ser realistas, aunque la verdad duela. Y de esa manera, tener previsibilidad en las decisiones. Aún en las equivocadas. 

MARTIN SAIZ

Comentarios

  1. Coincido, no está mal vender juveniles, es parte del ingreso que el club necesita. Lo que no me parece bien es vender sin fundamento. Se vende porque es malo? Se vende porque la posición ya está cubierta? O simplemente se vende porque el club necesita tapar deudas. Y esto último sería lo peor, se vende con la urgencia de la deuda, probablemente siendo una mala venta.
    Por otro lado, quizás más personal, no me parece bien vender jugadores "joyas" sin siquiera poder verlos y disfrutarlos con la camiseta de nuestro club.

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  2. Nada que agregar, coincido plenamente en todo. Lo de disfrutarlo no está en el posteo, pero es muy cierto. Otro argumento más para malvender.

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