Pasan los años, ¿pasan los jugadores?
Pasan los años
¿Pasan los jugadores?
Un análisis de los mercados de pases entre 2011 y 2019
Introducción
El ejercicio “¿Buenas
Gestiones?” nos permitió reflexionar y aprender sobre la gestión económica de
San Lorenzo. No solo en su individualidad, sino de manera comparada con otros
dos clubes. Producto de la buena experiencia con dicho informe, decidimos ir por
más. Nos resultó significativa la incidencia del fútbol profesional en la vida
institucional, ya sea en lo deportivo como en lo económico.
Por eso dirigimos
nuestras energías a analizar las altas y bajas de nuestro plantel profesional
durante el período 2010-2019. Relevamos al detalle los jugadores profesionales
que formaron parte de San Lorenzo tomando como fuente de información los
balances institucionales[1] de
público acceso y las bases de datos disponibles en la Web Transfermarkt. En
suma a esto, analizamos los días de permanencia de los directores técnicos en
el mismo período.
Los distintos mercados
de pases bajo análisis dejan mucho para reflexionar sobre las estrategias (o
ausencia de ellas) deportivas al momento de generar rotaciones de jugadores
independientemente de la modalidad contractual. Dichas estrategias tienen un
impacto directo en los resultados deportivos y económicos, aunque más
importante aún en el crecimiento de San Lorenzo.
Metodología de análisis
El principal criterio de
segmentación de datos fue el ingreso o egreso de jugadores. En otras palabras,
altas y bajas del plantel profesional. A continuación, cómo subdividimos en
distintas categorías esos dos universos. Estas 10 categorías permitieron
desglosar detalladamente los posteriores análisis.
Altas |
Bajas |
Cesión de un jugador
a San Lorenzo |
Cesión de un jugador
a otro club |
Compra de un jugador |
Venta |
Libre |
Libre |
Regreso por
finalización de una cesión |
Fin de una cesión |
Primer contrato
profesional |
Retiro |
En lo referente a
ingresos y egresos de dinero por compra y venta de jugadores, compartimos lo
relevado en balances y también lo disponible en la Web Transfermarkt. En este
último en particular, las cuantías figuran en euros. Al momento de realizar los
análisis, se mantuvo la comparación en euros dado que la variación anual de
esta moneda no resulta significativa, menos aún sus niveles inflacionarios.
A continuación entonces,
una serie de apartados con los análisis que realizamos. A la espera que inviten
a la reflexión, les agradecemos el apoyo de siempre.
¿Apostamos a nuestros juveniles?
Nadie podría ir en contra de esta
premisa. La postura más contrapuesta sería apostar por completo a jugadores
comprados; en esa línea las divisiones inferiores deberían ser recreativas y la
estrategia colapsaría pronto: no habría fuente de recursos genuinos para
sustentar la economía del club. Sin embargo, los números pueden ayudarnos a
observar si la apuesta inicial fue llevada a cabo en el período bajo análisis. En diez años generamos tan solo
76 primeros contratos a juveniles de nuestras divisiones inferiores.
Pensando en un plantel ideal de treinta jugadores, hemos promovido dos
planteles completos en diez años. La serie deja ver una baja promoción de
juveniles más aún cuando la ecuación económica detrás de su activación en
nuestro patrimonio y su posible venta futura es por demás atractiva: se activan
teniendo en cuenta la inversión en pesos realizada en ellos durante el tiempo
de permanencia en las divisiones inferiores y se venden luego (en el mejor de
los casos) en dólares o euros, generando así una diferencia significativa entre
la inversión y su precio de venta. Por esto también resulta importante aprender
a qué valor en pesos los juveniles son incorporados al patrimonio. En la
segunda tabla puede observarse eso. Por otro lado, sólo en 2016 el porcentaje
de primeros contratos sobre el total del plantel profesional superó el 25% (26%
exactamente). El resto de los años, giró en torno al 15%. Los números indican
que la proporción de esta modalidad contra las altas por compras o cesiones es
realmente baja. Si a esto le sumamos la efectiva presencia en el equipo titular
de los 76 contratos, la estrategia de apuesta a los juveniles merece una
reconsideración. Entendemos la apuesta a los juveniles y sus primeros contratos
es una estrategia indiscutible dentro de los lineamientos deportivos de San
Lorenzo. El debate en torno a la cantidad de primeros contratos anuales y su
real consideración dentro del equipo titular, pareciera ser algo importante.
Rotaciones en el plantel profesional
Treinta jugadores parecieran ser un
número adecuado para tener a disposición en un plantel profesional. La realidad
indica que San Lorenzo ha tenido año tras año entre 57 y 73 jugadores dentro de
su patrimonio. Con esto ya hay mucho para reflexionar: ¿cuántos de esos
jugadores dentro del patrimonio están a disposición del cuerpo técnico de
turno? ¿Cuántos se desempeñan de manera transitoria en otros clubes y por ello
cuánta responsabilidad San Lorenzo asume en el pago de sus sueldos mensuales? Sin duda es preferible que jueguen en otros
clubes antes que estar inactivos, teniendo en cuenta que como todo activo
intangible sufre amortizaciones o pérdidas de valor. Sin embargo, ¿es una buena
estrategia tener un plantel profesional superior a los 55 jugadores, más aún
cuando la incidencia de primeros contratos sobre el total es relativamente
baja? Por otro lado, el análisis de altas y bajas merece varios comentarios. La
proporcionalidad de ambas en relación al total del plantel profesional es
significativa y la razón por la cual la rotación es tan alta, afectando
indudablemente la estabilidad de los planteles y la formación de equipos. Vale
dimensionar que en este período, 231 jugadores ingresaron al club y otros 294 egresaron. En otras
palabras, casi 8 planteles ingresaron y otros 10 planteles dejaron el club. El
promedio de edad en el caso de las altas es 24,87 años y en el caso de las
bajas 24,73 años. La realidad en relación a
esto es saber que el club tiene en su patrimonio una determinada cuantía
de jugadores profesionales: algunos juegan en San Lorenzo y otros en otros
clubes. Ahora bien, ¿cómo determinamos el número total adecuado?
¿Aquellos jugadores propiedad de San Lorenzo que juegan en otros clubes, lo
hacen por alguna estrategia deportiva o porque en nuestro club no tienen lugar
con el cuerpo técnico de turno? Seguramente nuestros lectores defenderán una u
otra postura. Desde Identidad Sanlorencista, pensamos a futuro la posibilidad
de tener cantidades adecuadas de jugadores a nivel general dentro del
patrimonio del club así como también en otros clubes ubicados bajo una
estrategia determinada y respetando el posicionamiento de los primeros
contratos. Al final del documento nos referiremos al respecto. Un último
análisis en relación a la rotación en el plantel profesional, tiene que ver con
la valuación del plantel. En la tabla conjunta, vemos el valor que vía balance
San Lorenzo asignó al colectivo de jugadores. Relacionando la cuantía en
dólares con el total de jugadores registrados, podemos ver también el valor
contable promedio de cada uno de ellos. Si bien es un indicador ficticio,
podemos relacionarlo con la falta de crecimiento en dólares que observamos en
el informe “buenas gestiones”. Volviendo a párrafos
anteriores, tener tantos jugadores en el patrimonio ¿enriquece o limita el
desarrollo de San Lorenzo? Jugadores cuya productividad laboral no es
aprovechada por nuestro club, ¿vale la pena sigan perteneciendo al patrimonio o
correspondería finalizar sus vínculos? A modo de cierre, observamos que altos
niveles de rotación no son recomendables para la estabilidad de los equipos, ni
para la valuación del plantel. Menos aún para la promoción de primeros
contratos con la importancia institucional que eso conlleva. Dimensionar que
San Lorenzo cuenta en su patrimonio con una gran cantidad de jugadores
profesionales que no están a disposición del cuerpo técnico del club y sin
haber demostrado en este período que generen réditos significativos, también
merece ser reconsiderado.
¿Dónde
compramos
y vendemos jugadores?
Todos quisiéramos vender
jugadores a equipos europeos por altas cifras, y evitar comprar jugadores dando
lugar a nuestros juveniles. Los números del período también dejan mucho por
reflexionar. Basados en la información de la Web Transfermarkt, San Lorenzo
vendió 34 jugadores y compró 53 jugadores. Es decir, el saldo es negativo no
sólo desde lo deportivo sino también desde lo económico; no hace falta entrar
en detalles para presuponer que seguramente erogamos por 53 mucho más de lo que
ingresó por 34. Ahora bien, los siguientes datos también hablan por sí solos: más del 60% de nuestras compras
provienen de equipos argentinos. Al pensar en las ventas, el 27% sucedió en el
ámbito local y curiosamente Estados Unidos, México e Italia de manera conjunta
concentraron el 38% de las ventas. Dicho de otra manera, el
65% de las ventas de San Lorenzo se concentraron entre cuatro países donde sólo
uno de ellos es europeo.
Compramos en el mercado local y vendemos también en el mercado local, con una
baja incidencia de venta en los destinos donde la industria del fútbol revela
su mayor esplendor deportivo y económico. No sería menor considerar las ventas
hacia Estados Unidos como una cuestión estratégica de cara al futuro. La MLS
año tras año invierte mayores capitales y apuesta federativamente al desarrollo
de sus equipos. Otro dato surge de las nacionalidades de los jugadores que
actuaron en San Lorenzo; en el caso de las altas, el 87% corresponde a
argentinos mientras que
al abordar las bajas, dicha nacionalidad alcanza el 91% del total. Vale pensar
entonces los drivers detrás de las compras y las ventas. En el caso de las
compras, ¿responden a estrategias deportivas institucionales? ¿Son pretensiones
del cuerpo técnico de turno? ¿Surgen ante oportunidades que dirigentes de turno
entienden atractivas de cara al futuro? Y en el caso de las ventas, ¿responden
a demandas situacionales de mercados de pases? ¿A estrategias deportivas
institucionales? ¿Surgen necesidades económicas que sólo el ingreso por una
venta puede subsanar? Otro gran debate a dar guarda relación con el precio de
la venta de un jugador. Resulta habitual la disconformidad por dicho precio o
la sensación que no debería haber sido vendido el jugador en cuestión sino más
adelante. En resumen, ver los países donde compramos y vendemos jugadores nos
permitió reflexionar sobre los verdaderos destinos de nuestras transacciones y
ante la observación de “la balanza deportiva” dimensionar la importancia de una
estrategia deportiva que contemple altas y bajas por igual.
Complementando otros análisis, ¿todas
las compras han sido efectivas? ¿Cómo poder analizarlo sin saber la idea del
técnico, un análisis de big data, métricas y scouting? Si bien el oficio del
caza talentos es clave, recomendamos ver la película “Moneyball” o “El juego de
la fortuna”, la cual está basada en un
hecho real que cambio para siempre el negocio de jugadores en el deporte más
popular de Estados Unidos, el baseball. Hoy en día contar con las herramientas
que la tecnología provee, saca ventaja para que el equipo abocado a fichar
jugadores, tenga una estrategia, optimice tiempos, viajes y se maneje con una
base, para hacer más ágil el método. Por eso vale pensar, ¿de dónde provienen
nuestras compras y hacia dónde van nuestras ventas? ¿Tenemos alianzas con algún
club en particular? ¿Tenemos posición y prestigio en algún continente en
especial donde realizamos mayores transacciones? Hoy en día el mercado de pases
se desarrolla en el ámbito local pero ¿de qué equipo, liga o de dónde provienen
nuestros refuerzos? Analizamos la geografía de nuestras altas y bajas:
prácticamente no salimos del primer cordón de la Provincia de Buenos Aires y
del mercado de clubes de primera y segunda división. No hay un trabajo de
reclutamiento federal, ni alianzas con clubes del interior de las que podamos dar cuenta. Hoy
el Lobo Fisher (Corrientes) Rafael Albrecht (Tucumán) no serían vistos por la
falta de exploración en sus provincias. También, pusimos la edad como factor de
guía. En principio las altas se dan en el ámbito local, mayormente (66%) en
Buenos Aires, dividido casi en misma porción, entre Capital y Provincia. Luego sigue
Santa Fe y el resto de las provincias detalladas. Los equipos con mayor
interacción fueron Quilmes y Unión de Santa Fe, pero no podemos decir que
tenemos una alianza o cierta cercanía por la baja cantidad representativa.
En cuanto a las altas internacionales,
no ampliamos detalle por zona o equipo, simplemente mostramos los totales,
debido a que no se repiten equipos y sacando nuestro continente y la cercanía
con Uruguay, pareciera depender más del azar o de algún trato esporádico por la
falta de cantidad o repetición que nos incline una tendencia. Culminando con
las bajas por venta, la ecuación aquí es inversa a las compras, la mayor
incidencia es internacional y luego la local. El primer punto es nuestro
continente, luego Europa y Asia. De esta manera, como el alcance es internacional,
exploramos los continentes y si bien las cantidades son escasas también, como
para determinar comunicaciones o búsquedas específicas (veremos que es 1 venta
por equipo, máximo 2), observamos como en nuestro continente, nuestros
jugadores son buscados en México y Estados Unidos, con 4 compras
respectivamente y en Europa, Italia es quien más nos tiene presente con 5
interacciones. Sólo para cumplir con la curiosidad local, debido que la
incidencia es menor, nos sucede algo similar a las compras: Buenos Aires y
primera división son lo más frecuente, pero ningún equipo en particular y de
escasa manera hacia el Interior del país. Evidentemente la alta rotación, la baja
permanencia y la falta de una estrategia o criterio de selección, no han tenido
un éxito rotundo en los resultados deportivos, mucho menos en la gestión
económica. Se debería hacer a futuro una gran apuesta al Big Data, que permita
explorar y poder analizar asertivamente otros futbolistas con un equipo de trabajo
abocado a ello, donde el técnico pueda tener decisión y preparar un equipo base
de mayor permanencia. No garantiza el éxito, puesto que depende la salud tanto
física como anímica y de lo imponderable del futbol, que por eso tan popular es
al igualar posibilidades entre un equipo contra el otro, pero al menos entenderíamos
un plan de trabajo y una identidad de juego sostenida y criteriosa a largo
plazo.
¿Cómo compramos y vendemos
jugadores?
Sabiendo ya los destinos de las
transacciones, en este apartado avanzamos sobre las modalidades de contratación
mencionadas al inicio en la metodología de análisis. La alta rotación, producto
de grandes cantidades de altas y bajas en un vasto patrimonio de jugadores
profesionales, se desglosa en distintas modalidades. En la tabla se puede
observar la cantidad de altas por modalidad y su incidencia sobre el número
final, así como también lo mismo sobre las bajas. Aquí vemos que la estrategia
de colocar jugadores en otros clubes tiene una altísima tasa de retorno
(50,81%) la cual debería analizarse cualitativamente si corresponden a casos
que se reinsertan en el plantel sanlorencista o si pasan a la modalidad de
libres que al momento de observar las bajas representan un altísimo 35,81%. Aquí
se revela una ecuación extraña (tal vez peligrosa): San Lorenzo incorpora
fuertemente por compras (21,37%) y retornos de cesiones (50,81%), al tiempo que
desvincula fuertemente por cesiones a otros clubes (44,19%) y libertades de
acción (35,81%). La modalidad de contratación por la cual podríamos acceder a
ingresos dinerarios significativos representa tan solo el 11,61% del total de
las bajas. Los rubros de cesiones presentan una cuantía alarmante de jugadores:
126 altas por retornos al club y 137 por cesiones a otros clubes. Es decir hay
un equilibrio numérico que nos permite pensar que los jugadores que cedemos,
vuelven. Hay aquí una rotación patrimonial constante donde la apuesta a la
valorización de los activos intangibles por jugar en otros equipos presenta
resultados debatibles ¿Realmente un jugador que se va a otro club vuelve y
genera mayores productividades? ¿Resulta conveniente en términos económicos la
cesión o termina siendo solamente una modalidad que evita el pago de sueldos
más no la pérdida patrimonial directa de su activación y derechos? Por último,
la libertad de acción es destacable también. Resulta al final de cuentas una
pérdida patrimonial, más corresponde pensar si el balance entre dicha pérdida y
la imposibilidad de sumarse y rendir al primer equipo, vale la pena el pago de
salarios y demás cuestiones. En resumen, vendemos poco y la manera en la cual
adquirimos nuevos recursos humanos deja un 21,37% para las compras ¿eso
corresponde a que promovemos jugadores de nuestras inferiores? La firma de
primeros contratos es sensiblemente baja y el retorno de jugadores prestados
sensiblemente altos.
¿Por
cuánto dinero compramos y vendemos jugadores?
Dónde y cómo compramos fue motivo de
reflexión en las preguntas anteriores. Aquí el momento de analizar por cuánto
dinero compramos y vendemos. En primer lugar, comentar la dificultad que
implicó relevar información. Los balances de San Lorenzo sólo están disponibles
a partir de 2012, por lo que no contamos con información de los años 2010 y
2011. Idéntica situación con 2018. En esos años y a los fines de no limitar el
análisis asignamos “sin dato” a la tabla. Otra dificultad surge en la
comparación de bases de datos; mientras los balances de San Lorenzo declaran 21
ventas y 33 compras, Transfermkt ofrece 34 ventas y 53 compras. Más allá de
estos inconvenientes que reconocemos limitan el análisis, nos resultó
interesante ver la “balanza deportiva” de las compras y ventas. Y allí la
cantidad de movimientos no es directamente proporcional: mientras compramos más
de lo que vendimos, el ingreso comparativo en dólares resulta similar
(alrededor de 21 millones) y la diferencia a favor de las ventas está dada por
los euros que recibimos (alrededor de 15 millones). Justamente, ese mercado
europeo donde observamos que San Lorenzo encuentra dificultades para vender
jugadores. Sería realmente interesante tener toda la información a disposición
para saber si este balance es un reflejo de la realidad o por si lo contrario
lo faltante dispone distintas tendencias. Por ejemplo en 2020 tendríamos que
contemplar la venta de Gaich que haría aún más evidente la relación
inversamente proporcional: compramos más de lo que vendemos, pero recibimos más
dinero por ventas que las erogaciones por lo que compramos. Creemos este
análisis sobre la cuantía dineraria de nuestras transacciones dota de
importancia al histórico debate sobre la calidad y los argumentos detrás de las
compras y de las ventas de jugadores. Más allá que recibamos más de lo que
erogamos, la “eficiencia del gasto” es un concepto que pareciera no estar
instalado en San Lorenzo. Es decir, compramos una cantidad importante de
jugadores y el esfuerzo económico ha sido superlativo. Pensando en la
eficiencia del gasto, dinero invertido en jugadores cuyo retorno ha sido nulo o
por debajo de las expectativas, hoy podría estar asignado a la construcción del
Estadio, a proyectos de nueva infraestructura, etc.
Entendiendo la naturaleza y los efectos de la rotación
Observamos en el apartado ¿Cómo compramos y vendemos jugadores? la
metodología de intentar instalar jugadores en otras entidades. Esto genera una
rotación que relaciona lo que en un año se considera baja por cesión,
contemplando un 44% (137 jugadores) y los siguientes se traslada como alta al
regresar de dicha condición, contemplando un 51% de las altas en sí, (126
futbolistas) que no logran el cometido. Los 11 de diferencia, podemos
encontrarlos nuevamente como baja en el ítem “fin de sesión” y posteriormente
ese porcentaje de regreso, transita la categoría de libre con un 36% y 112
hombres. Entonces: ¿es realmente una estrategia conveniente, una metodología
cíclica de ceder, retornar y quedar libre o finalizar vínculo? De seguro no
podemos pretender que la totalidad se concrete en venta pero ante la cantidad
excesiva o desmedida entramos en conflicto con el siguiente apartado:
directores técnicos y títulos. ¿Realmente apostamos a los juveniles y un
proyecto de inferiores dentro del equipo titular? En los siguientes cuadros,
podemos ver que las edades responden al promedio ya informado de 24 años. Ahora
bien, el dilema es el siguiente ¿Cómo podría el cuerpo técnico trabajar y
desarrollar sociedades con los refuerzos o los más experimentados del plantel,
si en la edad ideal están en constante rotación? ¿Cómo podríamos asegurar que
un refuerzo o un jugador observado superan o igualan en nivel a uno de ellos?
Pensando también en la economía de no invertir en un puesto, con el agregado de
“tapar” a un posible ídolo promoviendo un jugador propio.
Terminando de observar la rotación
por edades, agrupamos los mismos números por años, para intentar comprender
algo más en relación a períodos de directores técnicos y títulos obtenidos, que
como señalamos, tiene un promedio de casi dos profesionales por año en el
puesto. Para no desvirtuar el análisis en debates con los desempeños por
exitosos y quienes lean puedan pensar si fue fortuito o acierto del director
técnico según la condición de alta para considerarlo en el equipo titular, para
evitar dicha subjetividad, vamos a hacerlo al revés, planteando los últimos
años sin logros. El periodo con mayores altas y a su vez bajas, fue el
posterior al último título. Tres años en los cuales, no sólo no conseguimos una
nueva conquista, sino los técnicos fueron fusibles de ciclos no exitosos por un
futbol chato y pobre, casi últimos en 2019, sin proyección a copas
internacionales, quita de puntos y problemas económicos con incorporaciones que
no han estado a la altura de nuestra Institución y le quita poderío de prestigio,
margen económico para desembarcar en Avenida La Plata como por ejemplo, la
falta de pago de las 2 cuotas por 1 millón de dólares, que fueron refinanciadas
en varias oportunidades, totalmente irrisorio frente a contratos y sueldos en
misma moneda sin productividad. No deseamos mezclar lo futbolístico con la
inversión en infraestructura en cuanto a prioridades, sólo entender cómo
decisiones sin criterio o un plan estratégico en el mercado de pases, asigna un
recurso a un espacio sin mucho retorno cuando podría ser invertido en Avenida
La Plata con futuros retornos incalculables.
Volviendo a la rotación,
decíamos que vamos a la inversa, no cuestionamos el éxito, analizamos el último
periodo donde no solo el plantel fue el más sufrido en altas y bajas, sino el
cuerpo técnico también, lo cual hizo imposible sostener un proyecto a largo
plazo. Para cerrar este apartado de rotación entendemos que números en exceso
no es positivo, tanto en lo económico, como en la conformación de planteles y
logros deportivos. Por tanto, hacemos el último cruce detallado por criterio de
segmentación. Compramos 17 jugadores más de los que vendimos, de 137 bajas por
cesiones, regresaron 126 altas y la diferencia finalizó en cesión. De 44
jugadores que ingresaron bajo modalidad libre, casi triplicamos el número en
bajas bajo la misma condición, con 112 casos.
Analizando
los últimos dos mandatos
Tomamos en cuenta el mercado de
pases de los últimos dos mandatos que corresponden a los períodos 2013/2016 y
2016/2019. Comparándolos arrojan reflexiones interesantes. En el primer mandato
son 37 las altas, de las cuales 20 fueron compras y 17 fueron incorporaciones
de jugadores con el pase en su poder y el promedio de edad fue de 25,3 años. Las
bajas fueron de un total de 9 jugadores vendidos y 41 jugadores dejados en
libertad de acción. Aquí solo tomamos el promedio de edad de las ventas que fue
25,4. En el segundo mandato son 45 las altas, de las cuales 25 fueron compras y
20 fueron incorporaciones de jugadores con el pase en su poder y el promedio de
edad fue de 26,4 años. Las bajas fueron de un total de 20 jugadores vendidos y
55 jugadores dejados en libertad de acción. Aquí solo tomamos el promedio de
edad de las ventas que fue 25,1. Reflexionamos que en el primer mandato se
buscó un mercado de jugadores jóvenes con valor de reventa que sería lo ideal,
mientras en el segundo se buscaron jugadores experimentados. También en el
segundo mandato se mejoró en las ventas que ascendieron de 9 a 20 jugadores, en
suma a que el mercado busca habitualmente jugadores con juventud ya que en
ambos mandatos el promedio de edad de venta ronda los 25 años. Llama la
atención la cantidad de jugadores libres que en los dos mandatos suman la
cantidad de 96, siendo en su mayoría jugadores de las divisiones inferiores lo
que pone en duda el proyecto infantojuvenil. También entre estos jugadores
libres lo que nos llama poderosamente la atención es que un porcentaje
correspondía a jugadores jóvenes incorporados como apuestas que finalmente no
tuvieron su oportunidad en la primera de nuestro club. Sin ninguna duda nos debemos esta clase de
análisis para poder corregir y mejorar la política de compras y ventas que son
la sustentabilidad de una economía saludable para el futuro de nuestra
institución.
Sobre directores técnicos y logros deportivos
El final del documento presenta este
apartado. Analizar quienes dirigieron a San Lorenzo bajo dos variables: tiempo
de trabajo y logros deportivos. Verán que el análisis deja mucho para
reflexionar. En primer lugar, saber que en promedio un director técnico dirige a San Lorenzo 276
días. Es decir, menos de un año. Luego, saber también que en 8 años tuvimos 11
técnicos lo cual indica que San Lorenzo tiene 1,38 técnicos por año. Si
relacionamos esto con los altos niveles de rotación que impidieron la
estabilidad y la formación de planteles, el cóctel no pareciera ser auspicioso:
así como los jugadores duran poco, los técnicos duran aún menos. Monarriz duró
112 días, Madelón 129 y Pizzi 120 en su segundo mandato. El corto plazo que
signó sus liderazgos no trajo logros deportivos al club. Sin embargo, el
análisis cambia al pensar en aquellos que más nos acompañaron desde el banco de
suplentes. Aguirre, Pizzi y Bauza fueron los técnicos más “duraderos”. Dos de
ellos tres, son los únicos de los once técnicos (salvo Guede una copa) que
obtuvieron logros deportivos. Esto nos lleva a pensar que el largo plazo y la
estabilidad revisten importancia para el trabajo de un cuerpo técnico. En suma
a esto, la estabilidad de los jugadores que forman parte del plantel
profesional también parece ser gravitante; varios de los jugadores clave en los
procesos de Pizzi y Bauza fueron los mismos. En otras palabras, vincular
análisis en este documento nos lleva a reflexionar que el corto plazo y la
rotación son enemigos de los logros deportivos y la solidez económica.
Reflexiones
finales
Realizar este informe
consumió tiempo y energía. Frustración de a ratos por no contar con el máximo
detalle que pretendíamos y satisfacción cada vez que relacionamos distintas
variables. Ese trabajo no podría haber sido tal sin la ayuda de Gabriel Víctor
Pradel; su conocimiento de la historia sirvió para controlar las bases de datos
de jugadores y sus condiciones contractuales. Valga este párrafo introductorio
a modo de agradecimiento.
En primer lugar,
recordar el título “¿pasan los jugadores?”,
claramente no. Al igual
que en el informe sobre “buenas gestiones” entendimos que los ingresos por
ventas no son extraordinarios, aquí reflexionamos que los jugadores no pasan.
Su rotación es una constante por demás ordinaria, convirtiendo a este
comportamiento en algo por demás habitual. Pasarán los nombres, pero los
jugadores van y vienen por doquier dentro y fuera del patrimonio de San
Lorenzo.
Siendo algo tan
complejo, entendemos impostergable enseñar a
los socios la comprensión del cuadro de jugadores profesionales que figura en
los balances. Allí
pueden verse activaciones de primeros contratos, compras, ventas,
amortizaciones, etc. En otras palabras, la cotización contable de cada uno de
nuestros jugadores. Es realmente complejo de entender, más hay que entenderlo
porque allí sucede una gran parte de la economía del club. En la misma línea,
igual de impostergable enseñar a los socios
todas las modalidades de contratación de jugadores y cómo cada una de ellas
genera distintos flujos de fondo en el tiempo. Muchas veces vendemos un jugador en un momento cero, pero
el dinero ingresa en el momento uno, dos y tres.
Cada vez que compramos
un jugador, se adquieren derechos económicos y federativos de dicho
profesional. Al mirar los balances, observamos que los primeros se compran en
distintos porcentajes. Establecer y
compartir cuál es el porcentaje de compra adecuado de los derechos económicos
de un jugador, es parte
de la estrategia deportiva general.
La rotación de jugadores
no deja de ser una medida indirecta de tiempos. Cada cuánto ingresan y egresan,
más allá de las cantidades. Los tiempos parecieran signar las gestiones de los
técnicos. Vimos aquí que el corto plazo torna
insostenible la estabilidad de los planteles y la posibilidad de alcanzar
logros deportivos por parte de los cuerpos técnicos. Aunque cueste (y nos cueste) la
idea de largo plazo en este tipo de temas parece importante. Como también
resulta en términos cualitativos pensar cómo “garantizar”
que un cuerpo técnico de lugar en el once titular a los primeros contratos.
A lo largo de todo el
documento, giró la idea de “eficiencia del
gasto” que defendemos
desde este espacio. Entendemos bien podría aplicarse al momento de comprar
jugadores o bien al momento de pensar ingresos independientemente de la
modalidad de contratación. Muchos recursos vilipendiados en jugadores
intrascendentes podrían hoy estar destinados a proyectos de índole
institucional como la construcción del nuevo estadio.
La anteúltima reflexión
a compartir tiene que ver con la cuantía del plantel profesional que
presentamos en nuestros balances. De cara al futuro, pensamos necesario definir cuántos jugadores debe tener el plantel
profesional que forma parte de nuestro patrimonio. Una vez establecido ese número, pensar cuántos serán activos del plantel y cuántos serán cedidos
a otras instituciones,
teniendo para esto también objetivos de equipos y objetivos de rendimiento. Tal
vez ese número superior a 55 debería bajar considerablemente.
Por último, la triple
pregunta dónde, cómo y por cuánto compramos
y vendemos jugadores
dejó mucho para reflexionar. Los números hablan por sí solos, pero nosotros
estamos para interpretarlos. Sostenemos dos cuestiones en relación a esto:
1)
Diseñar una ecuación
estratégica de cantidad de jugadores en el plantel que contemple:
a.
X
cantidad de primeros contratos con actividad en el primer equipo
b.
X
cantidad de compras
c.
X
cantidad de ventas
d.
X
cantidad de cesiones (bajando altamente la doble incidencia)
2)
Dónde,
cómo y por cuánto dinero comprar y vender son tres
preguntas que merecen por separado una respuesta estratégica en sí mismas. Entendemos en estos dos puntos se
juega mucho del éxito de las estrategias deportivas del fútbol profesional.
JUAN
PABLO FANTINO MARTIN
SAIZ ADRIAN MAGNONI GABRIEL VICTOR PRADEL
[1]
Vale señalar que no se encuentra a
pública disposición el Balance y Memoria de San Lorenzo 2018. A los fines de no
limitar los análisis, la mayoría de los datos compartidos para ese año son
réplicas de 2017.
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