Intermediarios y San Lorenzo: un mal ¿necesario?

Su presencia es ineludible, su influencia pareciera ser cada vez más notoria. No sólo en San Lorenzo, aunque en nuestro caso llama la atención la notoriedad de algunos de ellos. En este posteo, quiero compartir algunas reflexiones en torno a los intermediarios y su relación con San Lorenzo. 

En primer lugar, los mal llamamos "representantes". Son "intermediarios" según el Reglamento sobre las relaciones con intermediarios de AFA. Allí los definen como "representantes de jugadores y clubes con miras a negociar un contrato de trabajo o como representante de clubes en negociaciones con miras a celebrar un contrato de trabajo." ¿Qué podemos aprender de esta definición? San Lorenzo podría contratar a un intermediario y todo jugador que interactúe con San Lorenzo, probablemente tenga un intermediario que lo represente. 

En segundo lugar, la cuestión de la representación no me resulta menor, porque derivada de ella los intereses que defienda el intermediario y en la misma línea, los conflictos de intereses que puedan surgir. Por ejemplo, un intermediario que represente a San Lorenzo no podría tener la representación de jugadores que tengan relación contractual vigente con San Lorenzo. Otro ejemplo, un intermediario que represente otros clubes y quiera negociar jugadores que también represente con nosotros, sería inconveniente. Más inconveniente (e incompatible) sería que un socio de San Lorenzo pretenda intermediar en contratos de trabajo de jugadores que él representa, contra San Lorenzo. 

Luego el planteo de un escenario: ¿puede existir un escenario en el cual San Lorenzo esgrima como estrategia deportiva evitar negociaciones con intermediarios? Visto el contexto, pareciera que no aunque el deseo exista. Tal el título, parecieran ser un mal necesario. La generalidad de los jugadores profesionales cuenta con un intermediario que defiende sus intereses. Resulta llamativo entonces, como ante la evidencia de su razón de ser, que medios partidarios que deberían defender y posicionar a San Lorenzo, den voz a estas figuras.  

Ahora bien y en cuarto lugar, ellos son intermediarios y defienden a sus representados. Nosotros tenemos dirigentes, que defienden nuestro patrimonio e intereses situacionales. Y creo aquí está la clave de pensar de cara al futuro una estrategia de relaciones para con los intermediarios. Dicha estrategia debería abordar tres cuestiones:

1) Esquemas mínimos y máximos de pagos por sus intermediaciones. 

2) Límites de actividad en términos de comunicación y participación.

3) Transparencia al detalle en torno a las interacciones comerciales.  

Seguramente la puesta en práctica de estos puntos tendría bemoles a considerar, más serían un faro para delimitar la relación con un perfil de la industria deportiva que mal llevado puede ser dañino (caso Oller opinando de la Vuelta a Boedo) pero que tal vez bien entendido y gestionado nos podría posicionar con ventaja de cara a la incorporación de jugadores. 

A modo de cierre, son un mal necesario. No creo se pueda sin ellos, aunque tampoco los creo imprescindibles. Sí lo son nuestros dirigentes elegidos democráticamente, formados y sólidos en convicciones para defender el patrimonio, los intereses y el proyecto de club que pretendemos trascienda generaciones ¿Se imaginan a Bidegain interactuando con Juan Cruz Oller? Ante ese perfil de dirigentes, no existirá intermediario ni stakeholder alguno que pueda dañar a San Lorenzo. 

MARTIN SAIZ


 

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